dilluns, 20 de maig del 2013

Espectros



Hace unos días, una gran amiga me escribía:

La justicia Guatemalteca ha condenado a Efrain Rios Montt acusado de genocidio.
Guatemala es mi pais de adopción, mi lengua, el lugar donde confluyó la huida, la desesperada fuga buscando atrapar la vida... Guatemala silenciosa, respetuosa, tímida y risueña, profundamente herida y muy valiente. Poesía en el aire, filosofía en las cantinas, ojos negros, estribillos de los tigres del norte, luz de volcanes. Guatemala me enseñó del horror, de la insistencia de la vida y del dolor, del amor, del tiempo, pero sobretodo me enseñó a nombrar con nombre propio: dijo mi nombre. 
Recorrí su geografía, los pliegues de sus montañas, de sus aldeas, en guagua, en pick-up, en burro, en caballo... y a pie. Abriéndole las entrañas para sacarle miles de personas asesinadas, amontonadas unas encima de otras, y devolverles uno a uno el nombre ... y los relatos y los silencios acudieron a socorrer lo indecible entre lo indecible. Bordear el agujero.
Por eso hoy es un día feliz, un día que da la razón a los valientes, a los que nunca se dejaron morir en vida, ni cerraron los ojos, ni hicieron que la cosa no iba con ellos. Ese día que muestra que la vida siempre esta por escribirse, y que días así solo son posibles por el deseo encendido, decidido y ardiente de algunos seres humanos. Brindo, brindo, brindo por ellos.

Días después murió otro asesino en serie, Videla. Los recuerdo a ambos, de manera fugaz e infantil, en algún telediario en blanco y negro. Venían a nosotros, en aquellos finales de los setenta y principios de los ochenta, como una especie de espectros de un pasado no tan lejano. Aparecían menudo en nuestra tele INTER para recordarnos algo que hacía perder la mirada a nuestros padres y abuelos. Después llegó una nueva televisión en color, y empezamos a mirar de reojo aquellos fantasmas eternamente vestidos con gorra de plato, y a menospreciar sus amenazas y maldiciones. ¡Ya se sabe, estos países! Nunca saldrán adelante, no saben ponerse de acuerdo, imagínate.

Mientras por aquí seguimos poniendo medallas en la División Azul, yo también brindo porque Guatemala y tantos países hayan podido cerrar sus cuentas pendientes con el pasado, y dar sepultura a estos espectros errantes. Ahora bien, las causas estructurales de ese conflicto siguen intactas: 200 militares y 400 policías ocupan el municipio de Barillas desde principios de mes para permitir que el proyecto hidroeléctrico de Cambalam I salga adelante. Además da la casualidad de que la empresa responsable es filial de la española Hidralia Energía, quien ha venido esta vez a traer el progreso y seguramente sigue sin entender que estos mayas no lo quieran para nada.
Quizás cambian las formas, pero el fondo de la cuestión, la lucha por la tierra y sus bienes, es el mismo. Deberíamos preocuparnos, no sea que habiendo encontrado el conjuro por unos, estén naciendo otros espectros.

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